jueves, 15 de agosto de 2013

“Solo Dios sabe cuánto pesa una Oración”

Una mujer humildemente vestida, con un rostro que reflejaba sufrimiento y derrota, entró a una tienda.. Se acercó al dueño y avergonzada, le preguntó si podía llevarse algunas cosas a fiadas. Con voz suave le explicó que su esposo estaba muy enfermo y que no podía trabajar; tenían siete niños y necesitaban comida.

El dueño, inflexible, le pidió que abandonara su tienda. Pero la mujer pensando en su... familia continuó rogándole: ¡Por favor señor! Se lo pagaré tan pronto como pueda. El dueño se excusó diciendo que no podía darle crédito ya que no tenía una cuenta de crédito en su tienda.

Cerca del mostrador se encontraba un cliente que escuchó la conversación entre el dueño de la tienda y la mujer.

El cliente se acercó y le dijo al dueño de la tienda que él se haría cargo de lo que la mujer necesitara para su familia, pero éste no le hizo caso.

Se dirigió a la mujer y le preguntó: ¿Tiene usted una lista de compra? Si señor, respondió ella. Está bien, ponga su lista en la balanza y lo que pese su lista, se lo daré yo en comestibles.

La mujer titubeó por un momento y cabizbaja, buscó en su cartera un pedazo de papel y escribió en él. Luego temerosa, puso el pedazo de papel en la balanza.

Al hacerlo la balanza bajó de golpe, como si hubiera puesto sobre ella una roca o un pedazo de hierro. Los ojos del dueño y cliente se llenaron de asombro. Tal como había dicho, el dueño comenzó a poner comestibles al otro lado de la balanza, pero ésta no se movía, así que continuó poniendo más y más comestibles, pero como la balanza nunca se igualaba, no aguantó más y agarró el pedazo de papel para ver si había algún truco.

El dueño miró el papel y lo leyó asombrado. No era una lista de compra, era una oración que decía: “Querido Señor, tú conoces mis necesidades, dejo esta situación en tus manos”.

El dueño de la tienda le dio a la mujer todos los comestibles que había reunido y se quedó en silencio, mientras la mujer abandonaba la tienda.

“Solo Dios sabe cuánto pesa una Oración”

viernes, 12 de abril de 2013

AL MORIR UN HOMBRE HIZO 3 PEDIDOS:


1) Que su ataúd fuese cargado por los mejores médicos de la época.

2) Que los tesoros que tenia, fueran esparcidos por el camino hasta su tumba.

3) Que sus manos quedaran en el aire fuera del ataúd a la vista de todos.

Alguien asombrado le pregunto: ¿cuales eran sus razones?
El explico:
1) Quiero que los mas eminentes médicos carguen mi ataúd  para demostrar que ellos NO tienen ante la muerte el poder de curar.
2) Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros, para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí se quedan.
3) Quiero que mis manos queden descubiertas fuera del ataúd  para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos, al morir nada material te llevas...

"EL TIEMPO" es el tesoro mas valioso que tenemos, podemos producir mas dinero, pero no mas tiempo...!

EL MEJOR REGALO que le puedes dar a alguien es TU TIEMPO...

lunes, 1 de abril de 2013

Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor..

"La resurrección no es una teroría, sono una realidad histórica revela por el Hombre Jesucristo mediante su "pascua", su "paso", que ha abierto una "nueva vía" entre la tierra y el cielo. Nos es un mito ni un sueño, no es una visión ni una fábula, sino un acontecimiento único e irrepetible: Jesús de Nazareth, hijo de María, que en el crepúsculo del Viernes fue bajado de la cruz y sepultado, ha salido vencedor de la tumba"

Benedicto VXI



Alégrense por la resurrección de Cristo, por su victoria sobre el mundo, sobre el mal, sobre la muerte. Yo también he resucitado con él...
Al tercer día resucitó. En esta piedra angular se basa nuestra fe. El Señor de la vida había muerto, pero ahora vive, triunfa.

En esta Victoria, el hombre es llamado a su dignidad más grande. ¿Cómo no alegrarse por la victoria de Aquel que tan injustamente fue condenado a la pasión más terrible y a la muerte en la cruz? ¿por la victoria de Aquel que anteriormente fue flagelado, abofeteado, ensuciado con salivazos, con tanta inhumana crueldad?

Este es el día de la esperanza universal, el día en que en torno al resucitado, se unen y se asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones, las humillaciones, las cruces, la dignidad humana violada, la vida humana no respetada.
La Resurrección nos descubre nuestra vocación cristiana y nuestra misión: acercarla a todos los hombres. El hombre no puede perder jamás la esperanza en la victoria del bien sobre el mal.


Felices Pascuas de Resurrección!!

domingo, 17 de marzo de 2013

Nunca te detengas


Siempre ten presente que la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco,
Los días se convierten en años...
Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés viva, siéntete viva.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas...
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
¡Pero nunca te detengas!
Madre Teresa De Calcuta

sábado, 16 de marzo de 2013

Es tiempo de soltar...

Es tiempo de soltar. Aquí dejo todo lo que me hace daño. Es tiempo de ser más fluido con la gente, conmigo mismo. Es momento de dejar ir, de permitir que el viento me despeine y me sacuda; que se lleve el resentimiento, que mi alma perdone deudas y deudores. Es tiempo de que me perdone a mí mismo; ya me regañé bastante. Fueron muchas las piedras que yo mismo puse en mi camino; los puentes dinamitados, para autocastigo ya estuvo bien; elijo el camino de la aceptación; es más barato.

Acepto y entiendo que merezco empezar de cero; con el alma transparente, y el espíritu tranquilo. En mi vida, a partir de ahora, lo que ha de ser, será. Entiendo que por más que me angustie, no agregaré un centímetro a mi estatura; Jesús tenía razón. Es tiempo de relajarme. Dios no me está juzgando. Así que, ¿por qué habría yo de hacerlo?

Es hora de levar anclas, de liberar cosas, de soltar gente. Nadie tiene porqué ser como yo quiera. Así están perfectos. Así ha funcionado hasta este momento su vida. ¿Qué mejor prueba podría pedir para convencerme? Me dedico a atender lo mío, a refundarme. Viene bien tirar lo que ya no sirve, perdonar. Entre ser feliz y tener razón, elijo lo primero. Tener la razón es el peor de los desgastes, pues te quita el sueño intentando corregir al universo.

Es hora de soltar, de confiar más en Dios y menos en la apariencia de este mundo convulso. Me dejo ir. La vida me conduce. Quiero comenzar de nuevo con un corazón joven, que brinque de gusto con los cantos que anuncian el día. Como cuando éramos niños. ¿Te acuerdas? Un alma que sea capaz de asombrarse con el amarillo de los girasoles, de ver en el cielo un milagro pintado de azul y no sólo un día más, llano y simple. Es tiempo de soltar y maravillarme. He estado demasiado ocupado para ver las estrellas.

Elijo mirar la sonrisa del sol. Elijo abrazar al aire. Me ama lo suficiente para mantenerme con vida. ¿Qué mejor prueba de amor? Afortunadamente, se me dio la facultad de elegir. Elijo controlar a mis propios demonios. Es más, he decidido darles vacaciones. Es tiempo de soltar, de levar anclas, de dejarme en paz. De tanto pelear conmigo mismo, se me estaba olvidando a qué sabe la sonrisa.

Qué estupendo es cuando no controlas a nadie, cuando no pides cuentas, cuando tiras a la basura los rencores. A partir de ahora quiero ser más justo; la vida no es un tablero de ajedrez, ni las personas caballos o alfiles. Trato a la gente como me gustaría que me trataran.

Si algo nos debemos, te ofrezco un abrazo, te pido una disculpa. Yo ya me perdoné. ¿Podrías hacerlo tú también? Yo te invito. Renovación es una palabra muy comprometedora... ¡te obliga a caminar sin excusas! Sin nadie a quien echarle la culpa de nada. Pero definitivamente es el camino al cielo.

Nada es casualidad, no hay accidentes en el mundo de la voluntad. Por eso, sea cual sea la razón por la que estés leyendo estas líneas, elijo creer que Dios nos permitió crear este lazo, aún cuando ni siquiera nos hayamos visto. Elijo creer que estamos dispuestos a sembrar más sonrisas en nosotros mismos y en la gente. Te deseo que, ahora y siempre, estés lleno de bendiciones.

Si sueltas; tendrás las manos libres para recibir cosas nuevas.

martes, 29 de enero de 2013

Saudade!

Muita saudade...
Me falta el refugio de tus brazos...
La necesidad de sostenerme de tus manos es enorme..
Las pruebas serian menos pesadas si estas a mi lado. ..
Los dias pasan.. los meses pasan.. pero el sentimiento sigue... y aun si crece, sin que estés. ..

domingo, 22 de julio de 2012

Matando nuestros sueños...


El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo. Las personas más ocupadas que he conocido en la vida siempre tenían tiempo para todo. Las que nada hacían estaban siempre cansadas, no conseguían realizar el poco trabajo que tenían y se quejaban constantemente de que el día era demasiado corto. En realidad, tenían miedo de enfrentarse con el Buen Combate.
El segundo síntoma de la muerte de nuestros sueños son nuestras certezas. Porque no queremos ver la vida como una gran aventura para ser vivida. Comenzamos a creernos sabios, justos y correctos en lo poco que le pedimos a la vida. Miramos más allá de las murallas de nuestra cotidianidad y oímos el ruido de las lanzas que se quiebran, el olor del sudor y de la pólvora, las grandes caídas y las miradas sedientas de conquista de los guerreros. Pero nunca sentimos la alegría, la inmensa alegría presente en el corazón de quien está luchando, porque para ellos no importan ni la victoria ni la derrota, importa sólo participar del Buen Combate.
Finalmente, el tercer síntoma de la muerte de nuestros sueños es la paz. La vida se convierte en una tarde de domingo y ya no nos pide grandes cosas, ni exige más de lo que queremos dar. Entonces creemos que somos maduros, dejamos de lado las fantasías de la infancia y alcanzamos nuestra realización personal y profesional. Nos sorprende cuando alguien de nuestra edad dice que aún quiere esto o aquello de la vida. Pero en realidad, en lo más profundo de nuestro corazón, sabemos que lo que sucede es que renunciamos a luchar por nuestros sueños, a librar el Buen Combate.
Cuando renunciamos a nuestros sueños y encontramos la paz, tenemos un pequeño periodo de tranquilidad. Pero los sueños muertos comienzan a pudrirse dentro de nosotros e infectan todo el ambiente en que vivimos.
Comenzamos a ser crueles con los que nos rodean y, finalmente, dirigimos esa crueldad contra nosotros. Surgen las enfermedades y las psicosis. Lo que queríamos evitar en el combate —la decepción y la derrota— se convierte en el único legado de nuestra cobardía. Y un bello día, los sueños muertos y podridos vuelven el aire difícil de respirar y comenzamos a desear la muerte, la muerte que nos libera de nuestras certezas, de nuestras ocupaciones y de aquella terrible paz de las tardes de domingo.
Paulo Coelho